Por: | 6 de junio de 2021 6Min de lectura
Quizá uno de los temas de los que más se ha hablado en los últimos dos 12 meses ha sido el home-office, los cambios bruscos en las formas de trabajar, los problemas, las necesidades de adaptación.
Ahora lo que necesitamos es tener una visión de futuro. La cuestión es que COVID-19 desempeñó un papel acelerador de las estrategias de trabajo a distancia e incluso del modelo híbrido. Sin embargo, se trata de un deseo que ya existía antes de la pandemia en algunas organizaciones.
Hace poco leí un artículo escrito por Lynda Gratton, profesora de prácticas de gestión y fundadora de HSM, una consultoría dedicada a investigar el futuro del trabajo, en la Harvard Business Review, que analiza distintas perspectivas. Se trata de un contenido que aborda diferentes aspectos relativos a este modelo. Es extenso, pero recomiendo leerlo detenidamente. https://hbr.org/2021/05/how-to-do-hybrid-right#
El autor habla de un día libre, de trabajar nueve horas, cinco días a la semana, de elegir el día que quieres trabajar, de si quieres quedarte en casa, ir a la oficina o combinar las dos cosas.
Y, eso vino un poco en línea con algunos de los puntos que hacemos cuando hablamos de transformación en las empresas. Trabajar en la visión de los equipos y en la misión, dejando de lado la microgestión, para que las personas puedan organizarse como prefieran. Por supuesto, con ese compromiso de obtener resultados.
Estamos hablando de una ruptura muy grande de paradigmas, de un cambio de pensamiento. Porque hoy estamos en el mundo virtual y seguimos forzando la rutina como si estuviéramos en el mundo físico.
Ejemplo, insistimos con la reunión semanal, que a menudo tenía el propósito de la relación en el cara a cara, para cumplir con los protocolos y no siempre es productiva y tiene el rendimiento esperado. Ata la agenda de la gente y no fluye de la misma manera. Esto se debe a que el medio marca la diferencia. En el mundo físico, como mínimo se entra en contacto con la gente. Tomas café, te distraes, las ideas fluyen con más naturalidad.
La reflexión aquí puede estar en torno a la adaptación. Para llevarlo al formato en línea, no está garantizado al 100% que haga lo de «de-a» de forma totalmente satisfactoria. Porque tienes pérdidas que no puedes recuperar en línea. Y eso está bien. Lo que se necesita en este momento es más creatividad y más adaptación en el sentido de poder crear un nuevo modelo y tener el compromiso y el resultado esperado.
Además, los modelos aplicados exclusivamente a través del aislamiento social son transitorios y provisionales, no definitivos. Hay mucho que experimentar y mezclar. Y tras la vacuna, la relajación del aislamiento y todo lo demás, seguiremos viviendo una nueva experiencia que no volverá a ser como antes.
Al cambiar las estructuras organizativas, se mueve y se agita con el comportamiento. En la forma de hacer las cosas, y la cuestión del trabajo híbrido es otro elemento que puede ayudar a este cambio.
La oficina, por ejemplo, puede pasar de ser un punto de encuentro, de relación, un entorno de creatividad, de colaboración. El mundo híbrido aporta nuevos elementos y debates.
Sin embargo, es evidente, y el propio artículo que he mencionado lo refuerza, que los empleados se están dando cuenta de las ventajas de tener más flexibilidad sobre dónde y cuándo trabajar. Ya no hay un 100% allí o un 100% aquí y los líderes están reconociendo que se trata de una oportunidad única para el cambio.
Sin embargo, para llevar a cabo esta transición y la posterior consolidación, Linda señala que hay que hacer algo que las empresas no suelen hacer: centrarse en las preocupaciones humanas individuales e ir más allá de lo institucional. También llama la atención sobre un punto importante: los acuerdos para adoptar modelos híbridos nunca deben reproducir las malas prácticas existentes, como las que he mencionado antes o las de hace décadas, cuando las empresas empezaron a automatizar los procesos de trabajo.
En otras palabras, además de analizar la transformación digital y las herramientas que ayudan a agilizar y virtualizar los procesos, para que las empresas realicen una transición con éxito es importante centrarse en las personas, transformarlas e implicarlas en el negocio. Utilizar la tecnología, analizar a las personas, desarrollar y formar a las personas y, al mismo tiempo, gestionar y llevar a cabo los procesos. Si esto se hace, se reflejará sin duda en una vida laboral más significativa y productiva y en resultados positivos para las empresas.